Reutilización, reciclaje y cuidado del agua

Recurso vital por excelencia para la existencia de la vida, la Tierra y los esfuerzos en conjunto de organizaciones e individuos por concientizar dan un mensaje concreto: el agua es un recurso elemental y hay que cuidarlo.

Por Aníbal A. Parera

La regla parecería ser: el que más dispone, menos se preocupa, y viceversa. El agua, antes de ser considerada un “recurso”, se hallaba intrínsecamente relacionada con la divinidad. Así lo vivían los griegos (Neptuno), egipcios (Anuket), mexicanos (Chalchiuhtlicue), celtas (Devas) y aborígenes de nuestro país.

Vivimos en un planeta donde hay mil millones de billones de litros agua, pero poca de esta se puede tomar. Para tener una idea, el 97 por ciento del agua del planeta es salada, la mayor cantidad de agua dulce (2 por ciento) se halla acumulada en los glaciares y zonas polares, dejando el 0,47 por ciento repartida respectivamente en napas subterráneas y en la superficie. De esa agua dulce, aproximadamente el 70 por ciento se usa para la agricultura, el 20 en las industrias y el 10 por ciento restante para uso doméstico. Nuestro cuerpo es 70 por ciento agua.

Lo virtual, lo gris

Existe una manera “invisible” o “virtual”, de consumir agua y es la que no vemos, y sin embargo está presente. Para la producción de todos los productos, desde una computadora hasta una camiseta, se usa agua. Para dar un par de ejemplos, un par de pantalones necesita la misma cantidad de agua que nueve horas de riego con una manguera, y para producir una hamburguesa se usa tanta agua como una persona usa en la ducha en un mes, según investigaciones de la Fundación Protagonos, una organización que lleva a cabo proyectos de concientización y capacitación en lo que respecta a prácticas sustentables y ecológicas, tanto para empresas como gobiernos y particulares.

Desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Mónica Tedesco explica que se llama “gris” al agua que fue empleada para “nuestra higiene corporal, el lavado de ropa, la limpieza de nuestra casa y sus utensilios, entre otros”. Cuando se las utiliza apropiadamente, las aguas grises “son una fuente de gran valor nutritivo para algunas especies vegetales”, lo que posibilita la existencia de un filtrado biológico para reinsertarse al circuito provechoso. Básicamente, el proceso consiste en “hacer pasar el agua por una serie de capas para purificarlas a través de una combinación de procesos aeróbicos-anaeróbicos que suceden en el entorno de las plantas que se siembran especialmente”. Los beneficios de la reutilización de las aguas grises, cuenta Tedesco, “incluyen un menor uso de las aguas potables, un menor caudal a las fosas sépticas o plantas de tratamiento, una purificación altamente efectiva, una solución para aquellos lugares en donde no puede utilizarse otro tipo de tratamiento, entre otros”. (Ver más)

Empezando por casa

Thomás Landat y Magda Cortés son los responsables del Subprograma de Agua de Protagonos. Estos especialistas cuentan que existen dos caminos desde donde cuidar el agua: “Primero, el tratamiento del agua en cuanto a la potabilización y saneamiento de aguas residuales, y como segundo punto los planes de gestión de las aguas que permiten mantener la cantidad y calidad de agua en la naturaleza”. 

Campo y ciudad no son lo mismo, también en el tratamiento del agua, ya que, cada cual debe poseer procesos distintos de tratamiento. El equipo de Protagonos propone “medidas de gestión y el acompañamiento para lograr el objetivo de sostenibilidad”. Las consecuencias de la falta de tratamiento de aguas, mencionan Thomás y Magda, “no solamente tiene consecuencias sobre la vida terrestre y acuática, sino también costos financieros, económicos y sanitarios para la población”.

“El agua es la base de la vida”, concuerdan los especialistas y comparten tres maneras eficientes y sostenibles que se pueden practicar en casa.

1. El inodoro es el sitio donde más agua consumimos (alrededor de 40%), así que es importante usar el sistema de doble descarga, si la tenemos. Una manera muy casera para ahorrar agua en el inodoro es introducir una botella/ladrillo dentro del depósito para reducir el volumen almacenado.

2. Es mejor ducharse que tomar un baño. Las duchas largas claramente consumen más agua, así que es mejor no tardar más de 5 minutos en la ducha y tenemos que recordar cerrar la canilla mientras nos enjabonamos.

3. Una cosa muy interesante son los economizadores y reductores de caudal, que se pueden instalar sobre los grifos. Son sistema que mezclan el agua con aire, así se obtiene la misma sensación de cantidad, pero reduciendo el consumo verdadero del agua hasta un 40%.